15 años de Rock
The Electric Buffalo (Oviedo) surge, como idea, en un garito de costumbres rockeras allá por el año 2006, en Oviedo. Álvaro y Wilón, fans estudiosos y entusiastas de los Gov’t Mule, acuerdan, entre vapores etílicos y con el Deepest End de fondo toda la noche (cortesía de Chiri y Noe, porque en su casa, el Sweet Home, sabían cuidar bien de su gente), formar una banda con una única condición: hacer exactamente lo que les dé la gana sin ninguna prisa ni pretensión.
Ahí surgió la idea, pero faltaba la banda. El siguiente paso fue buscar un bajista y decidieron tantear a Alejandro “Espina”. Jandro, bajista de Ilegales por aquella época, era muy conocido también por haber sido profesor de bajo en el Taller de Músicos de Oviedo y por suministrar risas, comedia a paladas, cervezas y música en otro garito rockero y molón de la calle Martínez Vigil de Oviedo, La Armónica Blues Bar, que regentaba su mujer, Irene.
No se hizo de rogar. Álvaro se lo planteó y Jandro dijo “sí” al momento.
A partir de ahí, fueron largas mañanas de ensayos en Agüera (La Regueras-Asturias) a unos 30 minutos en coche de la capital, previo paso por Casa Edelmiro a desayunar religiosamente. Entre 2006 y 2009 se fue cociendo el que sería el primer álbum de la banda “Hidin’ from the Butcher” (2009), la primera y única referencia de Ouroboros Records; una autoedición que tuvo a los mandos al sumo sacerdote de Eclipse Estudios, el gran Dani “Desmond” Sevillano.
Van pasando los años desde la salida del disco y la banda va juntándose en las pocas ocasiones que Ilegales y los otros proyectos de Álvaro y Wilón les van dejando. Pero, bueno... esa era la premisa básica, ¿no? No rush. Take your time. En 2016 estaba el segundo largo de la banda, “Keepin’ it warm” (Boomerang Discos), calentito y a punto de salir del horno, cuando ocurrió lo absolutamente inesperado y devastador.
La muerte de Alejandro.
Jandro “Espina”, un ser de luz y amor, se iba a los 45. Dejaba una mujer y una hija desoladas y una innumerable cantidad de amigos con el corazón hecho pedazos.
El disco se presentó en Oviedo con un elenco irrepetible de compañeros, currantes de las cuatro cuerdas, con predisposición total a echar un cable. Fueron días de muchos ensayos con muchos amigos, con caras muy largas, pero con muchas ganas de hacer un show irrepetible. Y después de todo esto, con tanta emoción desbordada, comenzó un pequeño exilio en el desierto con un futuro algo incierto.
El exilio espiritual tocó a su fin algunas semanas después, con la decisión de seguir adelante y con la llamada a filas de Sergio “Tutu” Rodríguez, bajista de Los Deltonos, fanático de Miles Davis y amo de llaves de “Tutu Estudios” en Corvera, Asturias.
Junto con el fabuloso teclista “Stone” Sam Rodríguez, que se une a la banda unos meses después, empieza el nuevo periplo del Búfalo Eléctrico que desemboca en la salida de su tercer trabajo discográfico dedicado, como no podía ser de otra manera, a la memoria de Alejandro. “Patrolman” (Boomerang Discos, 2023), bajo la producción de Sergio “Tutu”, es la culminación de un camino andado sin más pretensión que hacer la música y las canciones que les apetece, sin prisa, exactamente como empezó todo allá por aquel año 2006.